Monstruo bicéfalo, angustia recalcitrante, repugnate creación de Satanás, criatura de saliva espesa y pegajosa, monstruo de la incertidumbre, de la intriga, del “nosequevaaserdemimañana”, bestia cruel y hedionda, te expulso y te condeno a vivir eternamente afuera de mis adentros.
Llegamos al borde de la locura
Todo inició en un abrazo contigo,
más veloz aún el sentimiento
que la emoción ...
Romeo y Julieta sí existieron pero no eran italianos sino que hindúes y se llamaban Malava y Malati.
Con embrujo de arena y destellos de sol
desnuda la tarde la luna al amor
Te veo de lejos con tu figura atroz!
eres tan hermoso como rayo de sol ...
Con un hola pudimos acercarnos,
con timidez honrosa nos dimos la mano
El origen más aceptado, se remonta al siglo pasado, resulta que allá por 1956, se publicó un libro infantil, llamado “Madeline and the Bad Hat”, escrito por Ludwig Bemelmans, la historia narra acerca de Madeline y un nuevo vecino, el embajador de España, que se muda a la par de su casa … con un hijo llamado Pepito.
Resulta que nosotros éramos una resma de volados semi cuasi seres primitivos, casi todos de una sola o muy pocas células. Algo realmente espantoso, feos y babosos … peor aun si vemos que varios de nuestros congéneres (especialmente en campaña 2019), no han evolucionado demasiado desde hace 14 000 millones de años.
Usted sabe que a nuestro zoológico, a duras penas le quedan leones, rotarios llegan de visita cada dos por tres algún domingo, pero leones, un par y mal alimentados … ahora bien
El 17 de abril de 1982 puede considerarse el día que la humildad futbolera (con una pequeña ayuda del Estado) sorprendió al mundo.
Después de haber ganado el Mundial de 1978, Argentina veía languidecer una Dictadura Militar que daba patadas de ahogado, el pan y circo del Mundial ganado, no alcanzaba a terminar de sacar a los argentinos de una realidad concreta que las Juntas Militares proponían, represión, hambre … orden relativo, y enriquecimiento ilícito de sus allegados.
En nuestro país existe una rara calificación que se utiliza para darnos taco de cierta cualidad excepcional que podríamos llamar la “viveza guanaca”, si realmente el término “guanaco” no se nos viniera en caída tan peyorativa desde hace unos 40 años.