Con embrujo de arena y destellos de sol
desnuda la tarde la luna al amor
Te veo de lejos con tu figura atroz!
eres tan hermoso como rayo de sol ...
Con un hola pudimos acercarnos,
con timidez honrosa nos dimos la mano
El origen más aceptado, se remonta al siglo pasado, resulta que allá por 1956, se publicó un libro infantil, llamado “Madeline and the Bad Hat”, escrito por Ludwig Bemelmans, la historia narra acerca de Madeline y un nuevo vecino, el embajador de España, que se muda a la par de su casa … con un hijo llamado Pepito.
Resulta que nosotros éramos una resma de volados semi cuasi seres primitivos, casi todos de una sola o muy pocas células. Algo realmente espantoso, feos y babosos … peor aun si vemos que varios de nuestros congéneres (especialmente en campaña 2019), no han evolucionado demasiado desde hace 14 000 millones de años.
Existe un cuento lindo , de momentos pegados , a un deseo , a una dulce realidad que se acomodó en los rincones de mi piel , que el tiempo marco como tatuajes en recuerdos de arrebatados instantes donde fue un solo beso la llamarada de pasión , que nos hizo sentir más de lo esperado .
De todos los héroes de mi infancia, nunca fui muy adepto a Supermanes ni Batmans ni Capitanes América, aunque mi incipiente pubertad me hacía un poco “fan” de la Mujer Maravilla, por razones hormonales obvias, mi “héroe” particular era mi tío Heráclito.
Pepe Parásito, pajarraco pterodáctilo, sanguijuela del neoclásico, huele a mierda y hiede a plástico, te sangra a lo jurásico, te pone trabas y mil obstáculos, te ahorca con tentáculos, pero al Jefe le da un ósculo, en el sitio más recóndito, cada día al crepúsculo …
Adán y Eva tuvieron, en un inicio dos hijos. Caín y Abel, esto es de sobra conocido, pero que pasaría si la historia bíblica no se enmarcara en la época de creación de los tiempos si no en este año y siglo violento que vivimos?
Permítanme que les cuente, algo que me ocurrió de niño, en un San Salvador bisoño, pueblo chico, infierno grande, y que ha marcado mi vida a fuego.
Roma fue y será eterna, tras la Caída de Constantinopla que aquí describimos, surgía un tal Miguel Romanov, en Rusia, que asume el poder bajo el título de Zar, como contracción de “C´zar” o sea un César, amantes del esplendor de Roma, ese título se mantendría hasta 1918 … y ojo que el “Sha” de Persia, sigue el camino en el Siglo XIX y XX ….