
Tuve a Dios, y tuve fortaleza para desafiar al diablo, tuve un hogar y éste era remanso de descanso de mi ser exhausto reposando sobre tus rodillas, tuve canciones y tuve poesía, tuve verdades y tuve mentiras, tuve sueños y tuve desvelos …

Mi Sol brilla en el frío, que marca su ausencia , sabe como quemar así de lejos, ante la carencia permanente de su presencia , llenándo de su calidez cada poro de mi piel que lo espera.
Tan preciso y silencioso,
como cautivante seductor,
apareciste un día,
en mi campo visual.
Perderme es mi camino y encontrarme entre tus besos parece que es mi destino. Vuelvo siempre en busca de ti,


Bien lo decía aquella canción de Johnny Ventura, cuando contaba que una pareja, para comunicarse si tenían o no “ganitas de aquello” pitaban … hasta que se ponían de acuerdo si si o si no … “Pitaste?”.

Un amanecer contigo
sería una mezcla de piña colada,
vino y agua salada…

Ptolomeo Huevoenpaila, matemático bizantino de la dinastía de los Holgazanes, familia que reinó en Bizancio … 48 horas, porque les daba pereza, fue destacado alumno de Thales de Mileto.