Ya me pasé la madrugada pensándote, reviviendo tus besos en mi piel, ya me pasé un buen rato cerrando mis ojos y encontrando la imagen perfecta , de ti en mí. Y yo en ti.
Tu mi hombre real de sueños húmedos. Sol cálido de mis días fríos y realidades de fantasía interminables.
Por donde vayas, sabés que te miran, yo te miro, y sabés perfectamente que te estoy mirando, porque me miras mirándote, y yo te miro mirándome mirarte … es usual no ? Para ti es un acto de rutina, para mí, me levanta el día, es el highlight de este jueves intrascendente.
Esta vez vengo cansada, de cargar el título de “mi amor”,
no me llames así, tú por favor solo atraviesa mis sentidos
con caricias, dejemos los preámbulos y estremece mi piel
vengo con ganas de comerte a besos
Me pasa algo curioso contigo,
un algo que cada vez me atrapa más a ti,
me provoca, y hasta me despierta en otro cielo,
me llenas tanto de ti, que es imposible nollegar a sentirte mío,
cuando me haces tocar un cielo perfecto.
Mutua necesidad de entregas completas, somos tu y yo
deseos enredados en la magia de un encuentro, solo contigo
el susurro del silencio, desnudando nuestros vicios de placer,
Pocas historias olímpicas, me han seguido repercutiendo tanto, a lo largo de los años, a nivel personal, como la maratón que ganó, en Londres 1908, pero no resultó ganador, Dorando Pietri.
“Sacame de esto Chele, sacame – me dijo con su rostro ya desfigurado aquel amigo – sácame de esto y salvame, estoy podrido por dentro, tengo el cuerpo lleno del más letal de todos los venenos”.
Por qué nuestro cuerpo toma sus propias decisiones sin siquiera consultarnos? Que acaso no somos parte de nosotros mismos? De donde y de cuando acá esta irreverencia de hacer lo que les da la santísima gana sin preguntar?