Escribir, por ejemplo, que mi cuerpo arde en el recuerdo de tu boca descubriendo rincones oscuros de mi piel. Excitarme con el susurro tórrido de tu voz a mi oído. Sentir el espasmo con el choque de tu pelvis desnuda en los poros húmedos de mi piel.
Al cambiar la página
la escena se desvanece
se pierde
se disuelve...
La vida es así, la repuesta adecuada siempre tarda siglos en llegar, es impuntual, entonces nos retorcemos el cerebelo diciendo …”por qué demonios no respondí esto en el momento en el que ella me dijo aquello ?”
Te miro mirándome
y tú sabes perfectamente bien
que miro que me miras cuando te miro.
A Usted
la tengo amarrada a mis anhelos
a mis ganas de sentir
a mi imperante, insustituible, indispensable, caótica y urgente
necesidad de una mínima muestra de afecto ...
A manera de resumen
comunico que estoy
contando cuanto falta para que hoy …
deje de ser hoy …
Me parto en partes, punto y aparte. De un todo sólidamente integrado me convierto en piezas inútiles por si mismas y más inútiles aun a la hora de tratar de rearmarme …
Absolutamente.
Tanto así que hasta nuestros políticos, habitualmente tan poco astutos, se dan cuenta de este fenómeno, y aprovechan el embeleso futbolero para:
Cuando un fulano no sabe cómo explicar que las cosas no salieron como debían salir o como él dijo que iban a suceder, suele justificarse con la deplorable frase “lo que pasa es que, en este tema, dos más dos no siempre es cuatro … puede ser cinco”. Una zafada clásica.
Y llegó el día de los días, sí señor, creíamos que no iba a pasar nunca, pero llegamos al fin del mundo y el juicio final tiene lugar en nuestro país..