Equilíbrame tú que me conoces bien
que sabes cada detalle
de mi corazón y mi piel ...
Tus pies son mi suicidio…
recorrer tu estructura desde ahí.
Un amanecer contigo
sería una mezcla de piña colada,
vino y agua salada…
Deja la puerta abierta, hoy seremos dos,
derrama tu pasión en mi almohada,
dame una porción a beber,
dormiré temprano, me vestiré de ayer.
Un encuentro contigo,
más que una aventura,
un encuentro casual ...
Temblando una vez más contigo
cobijándome con tu piel,
Me fascinan tus besos,
fundidos con los besos míos...
Alguna vez se han puesto a pensar en el tipo de cuentos que les contamos a nuestros hijos? Son los mismos que nos contaban nuestros padres a nosotros …
Decidimos un grupo de “viejóvenes” pegarnos una noche de farra, otra vez, como las de antes, la planeamos bastante … porque en esto de salir de noche hay una gran verdad: el 99% de las veces que salís de juega terminás con un aburrimiento patético.
Los sueños del desamparado, del desposeído, del que almuerza con nada y sin embargo siempre tiene un plato para compartir, del que te presta su único par de zapatos para que te presentes a una entrevista de trabajo … mientras se queda en casa con su pobreza descalza … desde aquí se ve.