De nada me sirve esta noche saber que
hay derroche
de ovnis sobre Moscú
De pronto usted aparece, resplandece, pone luz al día y me ilumina la existencia …sin previo aviso ni anestesia, en medio del caos laboral o en medio del tráfico, de planillas, expedientes pendientes o semáforos eternamente en rojo que nos dejan ventanilla a ventanilla …
Yo te di, o al menos intenté darte, todo de mi ... tu me diste nada.
No te rompas, no te esfuerces, de nada sirve dar el alma y soltar lágrimas, ahora que todo se ha diluído
Sentir el deseo de tu piel
desnudándome con tu mirada
Resulta, mi pétrea ilusión, que son vanas tus jactancias de pretender que me derrito por ti … tus vociferaciones descuidadas “Ese? Ahhh ese se muere por mi ….” Que te han oído decir múltiples veces en múltiples lugares, donde casualmente yo nunca estoy …
Aunque la mayoría de nosotros conocemos la historia del alunizaje de 1969 como parte de la misión Apolo 11, pocos conocen a Eugene Shoemaker, la única persona que fue enterrada en la luna. El astrofísico y geólogo estadounidense Eugene Shoemaker se convirtió en la primera persona en llevar sus restos a la Luna cuando el Lunar Prospector de la NASA llevó allí una parte de sus cenizas en enero de 1998.
Un día de estos, hace años ya, unos cuantos a decir verdad, estando con toda la familia en misa, esas misas para niños que ponen a los chiquitos adelante y el sacerdote que no se las quiere tirar de el “Steve Jobs de la teología” habla en lenguaje coloquial, Monseñor Delgado (que lo maneja muy bien) trataba de explicar a los niños las diferencias entre el cielo y el infierno, el bien y el mal, entre “arriba y abajo”, empezó a preguntar a los niños si preferían ir “arriba o abajo”.
Cada vez se van enredando más y más, unas caricias que lento han ido perdiendo el camino, para llegar a su destino final.