Tus pies son mi suicidio…
recorrer tu estructura desde ahí.
Un amanecer contigo
sería una mezcla de piña colada,
vino y agua salada…
Deja la puerta abierta, hoy seremos dos,
derrama tu pasión en mi almohada,
dame una porción a beber,
dormiré temprano, me vestiré de ayer.
Un encuentro contigo,
más que una aventura,
un encuentro casual ...
Temblando una vez más contigo
cobijándome con tu piel,
Me fascinan tus besos,
fundidos con los besos míos...
Como un día cualquiera
me viste, te ví, me miraste
como un niño mira a su madre
después de una larga espera,
Madrugué el sábado, era un día extraordinario, así que nonagenario y todo, en pleno 2053, me levanté con ánimo y energías para llevar a mis nietas al plan más trascendental al que podían asistir en su breve vida de niñas capitalinas, con mis noventa y tantos años a cuestas, me acerqué a su recámara y les di el grito de batalla.
En este tirón final, los últimos cuatro meses del año, los dos mundos que hablan inglés —las Islas Británicas y Estados Unidos— se empecinan en una batalla para escoger la palabra más característica del año anterior, la más frecuentada, la más ajustada a los hechos del periodo.
Es compleja la comprensión de la “bendita frase”, cuando la URSS de Stalin, fue aliada de Occidente mientras hacía tratos “bajo la mesa” con la Alemania Nazi y fue considerada la “salvadora” dela WWII, al tomar Berlìn por el Este en abril de 1945 …