
Circunstancialmente yo dejo de ser yo, me convierto en una bestia abyecta, ponzoñosa, un alacrán venenoso, sin la más mínima pretensión de dañar a nadie … y en realidad no daño a nadie, aparte de a mí mismo …

Equilíbrame tú que me conoces bien
que sabes cada detalle
de mi corazón y mi piel ...
Tus pies son mi suicidio…
recorrer tu estructura desde ahí.

Un amanecer contigo
sería una mezcla de piña colada,
vino y agua salada…

Deja la puerta abierta, hoy seremos dos,
derrama tu pasión en mi almohada,
dame una porción a beber,
dormiré temprano, me vestiré de ayer.

Un encuentro contigo,
más que una aventura,
un encuentro casual ...
Temblando una vez más contigo
cobijándome con tu piel,
Hola, [nombre del empleado]


Al mes siguiente, Betty comenzó a soñar. Sus sueños, lo sabía, se referían a lo ocurrido en esas dos horas de desvanecimiento. Veía imágenes sueltas, algunas horrorosas.