
Circunstancialmente yo dejo de ser yo, me convierto en una bestia abyecta, ponzoñosa, un alacrán venenoso, sin la más mínima pretensión de dañar a nadie … y en realidad no daño a nadie, aparte de a mí mismo …

Equilíbrame tú que me conoces bien
que sabes cada detalle
de mi corazón y mi piel ...
Tus pies son mi suicidio…
recorrer tu estructura desde ahí.

Un amanecer contigo
sería una mezcla de piña colada,
vino y agua salada…

Deja la puerta abierta, hoy seremos dos,
derrama tu pasión en mi almohada,
dame una porción a beber,
dormiré temprano, me vestiré de ayer.

Un encuentro contigo,
más que una aventura,
un encuentro casual ...
Temblando una vez más contigo
cobijándome con tu piel,
Por si las moscas … salimos en defensa del famoso insecto, antes que por aquellas bobadas de la vida, por no tener la boca cerrada … no vaya a ser que nos terminemos tragando una.

Caballeros y Caballeras:
Para no entrar en esos términos de conflicto y equidad de géneros, comenzamos de esta manera nuestra proclamación de emancipación del yugo femenino… bajo el concepto de reacción ante varios y consecuentes atropellos:

(Para nuestros “queridos y eficientes empleados de Gobierno”, ojo, no todos, pero “varios algunos”.)