
Mientras el profesor de marras nos restregaba la papeleta de examen de nuestro hijo con un hermoso 1.8 de calificación, o sea recontra reprobado, y con peligro de perder el año, me preguntaba … donde había volado el coeficiente intelectual de mi hijo en los últimos dos años ?

Vamos a darnos prisa, lentamente ... con calma, porque estamos apurados, así como la famosa frase de el Quijote, que paradójicamente nunca fue escrita por Miguel de Cervantes que dice ... "Vísteme despacio Sancho, que estoy apurado" ... así lentamente ... porque urge.
Es como en un “Big Brother” concebido en la más febril fantasía de George Orwell, los salvadoreños somos vigilados, espiados, señalados, apuñalada nuestra privacidad a diario y sistemáticamente.
Bien recuerdo, una noche en una camastrón gigante de los que había en casa de mi abuela, 9 o 10 años, no podía dormir, y me dio por calcular que edad iba a tener cuando llegara el Siglo XXI.
No sé si es pila mía, o si le pasa a algunos más, pero el entusiasmo del viaje, de salir de la Patria, de ir a conocer el mundo, me alegra un rato … y después me llega el bajón …

Como lo primero que nos enteramos, es que si armamos un buen grupo, nos sale más barato, o nos regalan dos pasajes (el mío y el de mi mujer por ejemplo) empecé a reclutar gente con la decisión de viajar afuera a turistear.