Ahora después de vencer el tiempo, ahora que los deseos renacen en mi piel te beso y te siento...
Te beso y me pierdo en tu beso, ese irrepetible, inconfundible que no precisa de antesalas para borrar los silencios.
“Nunca discutas con un idiota, la gente a tu alrededor puede no notar la diferencia” (Emmanuel Kant).
Creo que todo empieza con la celebración de nuestro último aniversario, estábamos en un restaurante y de pronto, de la nada, vi una reacción rara en tu cara, una mirada que no me pertenecía. Ingenuo como suelo ser, seguí la línea de tus ojos y justo entraba un fulano al lugar, quien no sé quién es … ni conozco … pregunto inocentemente …
Temblando una vez más contigo
cobijándome con tu piel,
Entre aquellos de tripa de brontosaurio, amarrados con pita al extremo que se usaban en la era de las cavernas, hasta los que hoy nos ofrecen de colores, sabores, ultra – mega sensibles … han pasado 12 000 años ! (Tal vez más).