No te necesito, no, no te necesito ni siquiera la mitad de lo que tú te imaginas que te necesito.
Tu piel y toda la belleza que encierra
duerme desnuda, esta noche
entre las sábanas de mi madriguera.
-¿Vos y yo hacemos el amor o simplemente tenemos sexo? Cuestiono él.
-Creo que ninguna de las dos.
Que poca suerte la de Cristóbal, no pegó en ningún oficio, así que siendo un navegante discreto, del medio de la tabla nomás y teniendo habilidad para parar un huevo, le vendió a la Reina Isabel la idea de que podía descubrir la ruta a las Indias, cerrada por los Otomanos …
Para Elisa:
Elisa … todo Viento? Me Allegro ! Mi nombre es Víctor.