Bien sabido es, aunque la memoria se desvanece por aquellas décadas, que la película que topó salas de cine (que en aquellas épocas eran escasas e inmensas) en1939, fue “Lo que el viento se llevó”.
De esta película épica/romántica se conocen dos hechos fundamentales:

Y si el Papa (salva y santa sea su persona) un día se emborrachara antes de celebrar misa en plena Plaza San Pedro ? Si el que aprieta el botón de los misiles o el responsable de la palanca de una central eléctrica, el que controla una planta nuclear, el que autoriza a aterrizar a los aviones … se pusieran bien tronados un día en sus labores?
Tuve a Dios, y tuve fortaleza para desafiar al diablo, tuve un hogar y éste era remanso de descanso de mi ser exhausto reposando sobre tus rodillas, tuve canciones y tuve poesía, tuve verdades y tuve mentiras, tuve sueños y tuve desvelos, tuve problemas y siempre tuve soluciones, tuve la sabiduría que emanaba de tus palabras, la calma que emanaba de tus manos, y la guía que emanaba de tu ejemplo… es tan solo parte de todo lo que tuve mientras te tuve…

El presente reportaje, acerca de la emancipación de Anastasio Aquino, sigue el ciclo que se inicia con “Vida y muerte de Oscar Quiteño” , en este mismo blog, y nos trae a colación, una de las historias más impactantes de las emancipaciones populares en El Salvador.

Para latinoamericanos, nacidos hace ya unas buenas décadas, revolución local (las nuestras, las domésticas) y el encanto de la Revolución Cubana fueron siempre el Norte Cardinal de nuestra Rosa de los Vientos Idealistas.

Historias tradicionales del cristianismo enlistan miles de mártires cristianos, pero la comunidad de cristianos en Roma, no alcanzaba los 2 mil habitantes en época de Nerón. Existe muy poca evidencia histórica para tales afirmaciones. En el transcurso de 300 años solamente hemos obtenido evidencia de siete u ocho persecuciones, y estás generalmente ocurrieron en las provincias. Y aun así solo tenemos un puñado de nombres.