Vea, Don Profe… y disculpe usted que lo llame así y no Presidente de la República de El Salvador, como compete a su investidura, pero es que el título último ha estado en tan malas manos los últimos años, que hasta insulto podría parecer … y no sé, se me ocurre que para lo que le quiero decir, es más fraternal llamarlo “Profe”.
Yo soy un amante de la femineidad, o sea, de todos aquellos rasgos, gestos, voces, actitudes, que hacen de la mujer, mujer…. Esos rasgos están presentes en todas las mujeres, desde la más bella hasta la menos agraciada, y me encanta…como hombre me encanta.
A veces me pongo a pensar mujer, que en mi vida tú no fuiste más que un Zeppelín.
Digo, por las circunstancias, pasadas y actuales, un zeppelín, de los que antes pasaban por sobre las ciudades y toda la gente salía a mirar, y que si hoy pasaran, también todos saldríamos a ver ... un zeppelín ... raros, escasos, pocos, infortunados o llenos de fortuna, no se ...
Lo único que espero de la tecnología y el desmesurado progreso es que se invente de una vez por todas la grabadora de sueños (SDR se va a llamar, que significa Sleep Dreams Recorder).
Con motivo de mi conocida arrogancia, prepotencia, alta estima de mí mismo y presto a acercarme a los cuarenta y cinco años, poseedor de todo el dinero y los recursos que se necesitaban, decidí perpetuarme, darme continuidad inmortal y crear (o sea no crearlo yo, sino que darle a un grupo tecnológico importante y avanzado) la tarea de crear otro yo.
No te rompas, no te esfuerces, de nada sirve dar el alma y soltar lágrimas, ahora que todo se ha diluído