El 17 de abril de 1982 puede considerarse el día que la humildad futbolera (con una pequeña ayuda del Estado) sorprendió al mundo.
Después de haber ganado el Mundial de 1978, Argentina veía languidecer una Dictadura Militar que daba patadas de ahogado, el pan y circo del Mundial ganado, no alcanzaba a terminar de sacar a los argentinos de una realidad concreta que las Juntas Militares proponían, represión, hambre … orden relativo, y enriquecimiento ilícito de sus allegados.
Sintió una pulsación dentro de su cuerpo, algo que le presionaba el pecho, las arterias, el corazón. Se sentó en la cama y el dolor no se le quitaba, tomó un calmante para mitigar el dolor que sentía dentro de su cuerpo, el somnífero lo dejó postrado en la cama. Una persona con traje, corbata, sombrero de copa, pantalón ancho, todo de color negro se le acercó a la cara y le susurró:
Detengamos las rotativas! Paren las máquinas! Pónganle pausa al escrutinio del TSE que avanza más lento que pedo de tartamudo! Paren todo !! Porque tenemos un enchibole más grande que resolver!
Un día observando por la ventana notó varias estructuras de hierro en color rojo y blanco, parecieran árboles multiplicándose a corta distancia, es una invasión de estructuras de metal muy altas; le pareció extraño, ahora dichas estructuras se combinaban con el paisaje o mejor dicho pasaban a formar parte del paisaje pero de una manera rápida e impuesta, no se adaptaban a las normas de proyección de la ciudad, aparecían y crecían a diario, las estructuras se adaptaban con el cotidiano vivir de las personas.
Nunca fue un buen tipo el tal Caracalla, embustero, falso, bueno .. tan falso que ni siquiera se llamaba así ...
Digamos, supongamos, imaginemos que un día de estos usted amaneció con la idea de desafiar un reto supremo: como por ejemplo, escalar el Everest (digo imaginemos porque para eso se necesita pisto y unas cuantas libras menos de panza ….).