Cuando el psiquiatra intentó encontrar las causas o el origen de lo que con el tiempo se convertiría en mi depresión, llegó a la conclusión de que fue por la suma de una serie de eventos desafortunados y pérdidas de personas muy cercanas y amadas de quienes tuve una gran dificultad para aceptar su partida y dejarles ir.
Lo que sucede es que las películas y series de vaqueros (que ya ni salen, por cierto, los cowboys fueron muertos por los “reality shows”), nos metieron mil y un preconceptos en la cabeza sobre el indómito Oeste …
… sobre el Far Far West …
Resulta que dicen, que dijo que “el diablo más sabe por viejo, que por diablo”, puede ser … pero orillando mi sexto piso, y con un cúmulo de formación académica y profesional encima, hay cosas que sé no por diablo, no por viejo, sino por haberlas estudiado y puesto en práctica.
Por qué nuestro cuerpo toma sus propias decisiones sin siquiera consultarnos? Que acaso no somos parte de nosotros mismos? De donde y de cuando acá esta irreverencia de hacer lo que les da la santísima gana sin preguntar?
Y no era linda, o sea, no era una belleza, sino más bien todo lo contrario, con sus gafas gruesas y su cuerpo tan delgado y frágil no llamaba la atención de sus compañeros de universidad a su alrededor.