Mi amigo “la nutria” estaba un poquitín borracho, habíamos empezado a tomar desde que llegamos a Las Vegas, Nevada, hacía 2 horas atrás. La emoción de estar en esta ciudad nos había desbordado, era el sueño hecho realidad.
“Sacame de esto Chele, sacame – me dijo con su rostro ya desfigurado aquel amigo – sácame de esto y salvame, estoy podrido por dentro, tengo el cuerpo lleno del más letal de todos los venenos”.
Este siglo XXI y en particular estos últimos años, se han caracterizado por el ascenso a las primeras magistraturas o puestos de decisión política, por medios democráticos y constitucionales que en todo el siglo XX.
El Vaticano, se ha puesto estricto con la cuestión de las cenizas de nuestros fieles difuntos (no santos difuntos, recuerden que si bien solemos decir “no hay muerto malo” no significa que todos mueran en “olor de santidad”).
En un principio, las escaramuzas o actos de pillaje entre caravanas de mercaderes en medio del desierto, eran tomadas casi como un deporte, un entretenimiento, una forma de vida.
Al fin y al cabo … los cuentos de hadas son más o menos así, no?