Por una vez dame de beber,
la última gota de vida y placer
antes de morir entra a mi piel.
Circunstancialmente yo dejo de ser yo, me convierto en una bestia abyecta, ponzoñosa, un alacrán venenoso, sin la más mínima pretensión de dañar a nadie … y en realidad no daño a nadie, aparte de a mí mismo …
El burlón, bromista, el “enganchador”, el que goza metiéndole una mentira a “x” hasta que “x” se avive y se de cuenta que eso es imposible y todos se maten de risa … los que ejercen la tomadura de pelo como vocación ….
No te molestes diciendo “lo siento …”
simplemente, pasa adelante
y vuelve a convertir
mi salud mental en un desastre.
Querida Pamela:
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“Los que nunca nadie sabe, de donde son …” (Roque Dalton).