“No es fácil ser adolescente en este país y en este siglo” – pensaba Edipo, tirado en la cama de un motel de Nueva York, pensando en un fortuito contacto sexual para más tarde ...
Él era un hombre sencillo llamado Sebastián, si nos ponemos a revisar las estadísticas no pasaba de ser un número más … bah! como lo somos todos.
Se despertó muy rápido el sonido de una alarma la había sorprendido, estiró los brazos y un bostezo prolongado salió de su boca, con el brazo izquierdo estirado sintió algo duro a la par suya, palpó con la mano hasta tocarlo de nuevo, se dio vuelta y dijo:
No te rompas, no te esfuerces, de nada sirve dar el alma y soltar lágrimas, ahora que todo se ha diluído
Hoy recibí carta de Enrique, se acuerdan del seco aquel, portero del equipo de fútbol? Compañero de horas muertas, de escuela y estudios que tuvo que marcharse lejos por aquello de "la situación".
Sentir el deseo de tu piel
desnudándome con tu mirada
Querido amo:
Te escribo estas líneas y probablemente te sorprendan, por que como siempre me has subestimado, probablemente nunca pensaste que sería capaz de escribir, y mucho menos de redactarte una carta, pero desgraciadamente ya va siendo el momento de hacerlo.
Éramos de los más cuadrúpedos y felices, homínidos de cuarta categoría que nos apareábamos una vez al año para efectos de procreación … nada más!
“Todos metemos la pata, es automático, abrimos la boca y metemos la pata, claro en la medida que hablemos menos, meteremos menos la pata … pero como le pedimos a un presidente que hable menos ?” (Filósofo usuluteco anónimo).