El presente reportaje, acerca de la emancipación de Anastasio Aquino, sigue el ciclo que se inicia con “Vida y muerte de Oscar Quiteño” , en este mismo blog, y nos trae a colación, una de las historias más impactantes de las emancipaciones populares en El Salvador.
Cuando la silla Vaticana queda vacante, o se celebra un aniversario papal, todos los ojos se vuelven al intrincado mundo de la elección del nuevo sucesor de San Pedro, surgen preguntas, buceos en la historia, y más de uno me ha preguntado en estos días … mirá chele, hubo un papa mujer ? quien fue la Papisa Juana ? Existió o es simple mito ? Porque la Iglesia Católica no la enumera en su listado oficial de papas … ?
Que estamos todos locos, es un hecho, que siempre ha habido locos lindos, locos peligrosos y locos en riesgo de entrar a la normalidad…. también.
Uno de los casos de supervivencia extrema, que más me han impactado en la historia, es el de Ada Blackjack … la historia a veces, suele ser cruel.
Nacimos en los 60´s, sin Gardel pero con Jagger ...
El estudiantado de los setentas, en toda América Latina, estaba en ebullición, era revolucionario por imitación y en pocos casos por convicción, prueba de ello es que pocos de sus líderes pasaron a planos mayores.
“Pero ...hubo alguna vez once mil vírgenes ?" (Enrique Jardiel Poncela)
- Quien fue ? – Preguntó el papa Augusto con su habitual gesto adusto, ceño fruncido como correspondía al carácter de este italiano, elegido cabeza de la Iglesia Católica en el siglo XIV.
Cuando se abre el telón Alfredo y Bernal ya están en el centro de la escena, conversando sin mirarse. No tienen más de cinco años cada uno. Están en la caja de arena de un espacio público, un parque o plaza, rodeados de baldecitos, moldes y juguetes.
Se llamaba Sebastián, Nicolás y Pedro y eran trillizos por unanimidad, era prácticamente imposible diferenciar el uno del otro.