Una “verdeamarela” que más jugó al “vetealamierda”,
Cambian nuestros gobiernos cambian, y que poco cambia nuestro país.
Dizque cambian los sistemas económicos cambian, y que poco cambia nuestro bolsillo.
Todo comienza con la mala recomendación de un sastre, que como sastre era bueno, pero un de - sastre para las finanzas,
Lluvia tropical maldita y bendita, según la época y la óptica, palabras esdrújulas con poco en común.
A saber, si llueve lindo y parejo, sin exageraciones, los campos son una fiesta y un espantapájaros para la sequía nuestra de cada día. Si llueve poco y sin ganas es una maldición para la siembra y para el termostato, porque el vapor de agua que se condensa después, vuelve la ciudad irrespirable.
Esta es la carta de amor de uno de nuestros bravíos salvavidas, de aquellos que se echan año a año el Paso del Hombre, aunque este año les tocó hacerlo en la tina de su casa vía Zoom, de nombre Ohmar, a su amada Delfina …
Duele, como pocas cosas duelen en la existencia … podemos reventarnos el cráneo buscando culpables y vamos a encontrar quinientos … pero diluir las culpas entre quinientos, una vez más, deja ningún culpable y múltiples incertidumbres.