


Algunas eran realmente horribles; otros eran gobernantes hábiles, tal vez vistas menos favorablemente por acciones que la historia considera injustas.
Se despertó muy rápido el sonido de una alarma la había sorprendido, estiró los brazos y un bostezo prolongado salió de su boca, con el brazo izquierdo estirado sintió algo duro a la par suya, palpó con la mano hasta tocarlo de nuevo, se dio vuelta y dijo:
López no desayunó, era complicado por aquello de la gastritis que le requería comer algún bocado dos o tres horas, pensó en las agruras de más tarde.