Recordarán que en la escuela (los que fuimos, no los que “chabelearon” el diploma de 6o grado), leíamos aquello de que …
“Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos.” Platero y yo. J.R.J.
Cuando moría el siglo pasado, exactamente en 1997, tuve conciencia de que los computadores habían llegado para quedarse. Supe también que la nueva tecnología me costaba un mundo (por no decir otra palabra), pero era mi trabajo, así que contraté un informático para que me guiara.
Complicado, pero cierto, algunos aciertos en el área de administración, presupuestos que no eran necesariamente de su área, hizo que la ascendieran (de nivel de trabajo) y se sobre saturara del mismo… eso le pasó a Georgina en la empresa transnacional para la que trabajaba.
No esquives tu hombría de mi ser
átame despacio a tu silueta,
apriétame con el calor de tus manos como brasas prendidas
Pensamos siempre que las más absurdas creencias las tienen los norteamericanos, les damos el mote de ser “más incrédulos”, entre ellas que los platillos voladores existen y que hay marcianos infiltrados en la Tierra, que Irak si preparaba armas nucleares, en Santa Claus, Ronald Mac Donald y Hilary Clinton.