

“Un día, todos los elefantes se reunirán para olvidar. Todos, menos uno” (Rafael Courtoise)

Yo era un grano de arena, cualquiera, uno tan solo, entre los millardos de granos de arena de una playa de las múltiples playas del planeta.

Y era lo que se llamaba una mujer pública, cómo explicarlo sin decir la palabra? Realizaba trabajos nocturnos y no precisamente de enfermera en un hospital, alquilaba sus besos y vendía romances en camas de moteles y pensiones…