Sopla un viento del este
en tu mejilla oeste
y borra las lágrimas que no te mereces
El caso de siempre
tu corazón sangrando
una vez más …
Ahora después de vencer el tiempo, ahora que los deseos renacen en mi piel te beso y te siento...
Te beso y me pierdo en tu beso, ese irrepetible, inconfundible que no precisa de antesalas para borrar los silencios.
Tuve a Dios, y tuve fortaleza para desafiar al diablo, tuve un hogar y éste era remanso de descanso de mi ser exhausto reposando sobre tus rodillas, tuve canciones y tuve poesía, tuve verdades y tuve mentiras, tuve sueños y tuve desvelos, tuve problemas y siempre tuve soluciones, tuve la sabiduría que emanaba de tus palabras, la calma que emanaba de tus manos, y la guía que emanaba de tu ejemplo… es tan solo parte de todo lo que tuve mientras te tuve…
Moriré de un cáncer terminal
un día lunes por la mañana
tal vez en el asalto a una sucursal
por una bala equivocada
Los tontos enamorados… habrá algo en este mundo más patético? No habrá algún enamorado que escape a la atrofia de los sentidos que suele acompañar al simple hecho de estar enamorado?
Es exactamente lo que un hombre como yo
no necesita
la negación de mis afirmaciones
el “nunca jamás” de las condiciones
de mi madre:
El palo del sacudidor que Eulalia, sirvienta salvadoreña en Texas, menea mientras mueve su frondosa osamenta al ritmo de “La gozadera”, pega con el florero lleno de cardos, que no cae porque se detiene en la esfinge a escala de la Estatua de Libertad que al caer, tuerce el retrato del honorable Archibald Duster Jr. Fundador de la familia cuya barba de chivo queda orientada al suroeste.
Cuenta la leyenda que hay todo tipo de anecdotas sobre el origen del sorbete, es más, existe desde épocas … que ni siquiera existía la refrigeración ….
Historias tradicionales del cristianismo enlistan miles de mártires cristianos, pero la comunidad de cristianos en Roma, no alcanzaba los 2 mil habitantes en época de Nerón. Existe muy poca evidencia histórica para tales afirmaciones. En el transcurso de 300 años solamente hemos obtenido evidencia de siete u ocho persecuciones, y estás generalmente ocurrieron en las provincias. Y aun así solo tenemos un puñado de nombres.