
Nuestro fútbol nacional, al cual tratamos de revestir de características “profesionales” no ha muerto, pero está más o menos como el pez que acabamos de pescar y tiramos al fondo de la lancha para que pegue sus últimas bocanadas y muera …

Éramos una cofradía de pre púberes revoltosos, terror de la escuela, pánico de la colonia, pero en la manera que se era revoltoso con 11 años y en los 70´s o sea, nuestros máximos delitos eran tocar el timbre de una casa y salir corriendo hasta la esquina ..

Por dura que suene la frase, siempre he sido de la idea, que a estas democracias nuestras, “latinoamericamente imperfectas”, de vez en cuando les cae bien, un dictador …pero ojo ! Al estilo Lucio Quinto Cincinato.

La culpa la tuvo mi madre, Ai – Nozomi, venerable anciana a quien se le metió en su obstinada cabeza de campesina japonesa, viuda, con seis hijos varones (mis hermanos), que en lugar de sembrar arroz en los pantanos, había que fabricar micro chips en la mesa del comedor.
“Nunca discutas con un idiota, la gente a tu alrededor puede no notar la diferencia” (Emmanuel Kant).
El individuo no tenía cara de lunático, nada que ver con esos trasnochados que tratan de venderte cualquier cosa para seguir con su ruta de crack y efedrina … nada que ver.